jueves, 29 de agosto de 2013

Cuéntame un cuento.

¿Para qué sirven los cuentos?

Pues como cada niño y cada unidad familiar es un mundo, las historias nos pueden servir para una gran diversidad de cometidos. Pero no olvidemos que aunque todos tienen su moraleja y su enseñanza, también nos sirven para fomentar la imaginación y para pasar un buen rato, tanto al niño como a los papas.



Muchos expertos se hacen servir de los cuentos clásicos para ayudar a los niños a superar ciertos problemas de desarrollo. 
  • El miedo al abandono. Los cuentos más conocidos son "Hansel y Gretel" y "Pulgarcito", o cualquier cuento que explique la historia de unos niños abandonados a su suerte. Los cuentos siempre deben tener un final feliz, es decir, el pequeño al final aprende a apañárselas solo.
  •  El miedo a la oscuridad. A través del cuento de "Blancanieves", que se queda sola en un bosque de noche, el pequeño se da cuenta de que estos personajes superan el miedo a la oscuridad.
  •  Los celos por el hermanito. Cuentos como "Cenicienta" pueden hacer entender al pequeño que sus padres no han dejado de quererlo.
  • La separación de los padres. "La flauta mágica" es el ejemplo de un niño que se va de casa para afrontar muchas aventuras, e indica al pequeño que ha de ser más autónomo respecto a sus padres.
  • La timidez "El patito feo" enseña que no hay que tener miedo del mundo, ya que puede reservar grandes sorpresas.

Si lo que queremos es disfrutar con nuestros pequeños aquí van unas indicaciones para poder elegir mejor el tipo de lectura según su edad, sin olvidar sus gustos.
  • Primer año. Puedes mostrar al bebé libros con ilustraciones y algunas palabras. Gracias a estos libros ilustrados, el niño empieza a pronunciar palabras sencillas, aunque sin comprender su significado, y las asocia a los dibujos. Son adecuados los libros blandos, de tela o que pueda morder, y de pequeño tamaño, para que sean manejables por él.
  • Dos o tres años. A los niños de esta edad, que aún no son capaces de seguir el hilo de la historia, les encantan los cuentos breves y sencillos sobre actividades de la vida cotidiana. Si el pequeño quiere mirar las ilustraciones, pasar las páginas, o señalar a los personajes, los animales o los objetos, puede ser suficiente con observar los dibujos y describirlos. Lo importante es dejar la lectura cuando su atención disminuye.

  • Cuatro años. A esta edad, ya es posible explicarles una breve historia. Empiezan a apreciar las historias de hadas y gnomos. Las ilustraciones pueden representar meros puntos de partida para historias de fantasía creadas por los padres, o incluso para recorrer con el pequeño las historias de la vida cotidiana: el baño, la papilla, el paseo, etc.  
Son recomendables libros participativos en los que el niño busca un personaje u objeto o una frase que se repite, libros informativos, desplegables para un juego creativo, con personajes llamativos.



  • Cinco a siete años. La imaginación está más desarrollada y los niños aprecian los cuentos de reyes, reinas y otros personajes fantásticos.

Esta es la etapa de pensamiento intuitivo. Cuando el niño desarrolla el concepto de identidad personal y autoestima, su capacidad de percepción selectiva y observación, tiene vida imaginativa rica y abundante, experimenta terrores personales que son normales.
La narrativa que mejor asimilan es la que usa textos cortos, lectura silábica por palabras y que recurre a la ilustración para entender lo leído. 



  • Siete a nueve años. Etapa de operaciones concretas. Reconoce la existencia de opiniones distintas a la suya, desarrolla preferencia por los temas realistas y pide que le expliquen los reglamentos de las cosas, conoce la posibilidad de interpretar palabras/hechos de diversas maneras, manipula ideas y no sólo objetos, organiza los conocimientos, separa pensamiento de percepción y acción.
Las características de la narrativa que mejor se asimilan es la que incluya claramente la diferencia de puntos de vista del narrador y personajes más completos, vocabulario de lectura fácil, personajes con los que le sea posible identificarse, narrativa con episodios y libros con capítulos


  • Nueve a once años.  Etapa en la que reconoce el significado de símbolos y el lenguaje figurado, el humor en el lenguaje, tiene un sentido del humor particular, afirma su independencia, se preocupa por sí mismo, acepta la realidad pero conserva el gusto por la fantasía.
Ya tiene más fluidez en la lectura, puede leer textos más largos y complejos en ideas, estructura y lenguaje. Asimilan  mejor la narrativa lineal, de trama simple, ligada a los deportes, viajes, aventuras o suspense, que refleje situaciones de adolescentes.

  • Doce a trece años.  En esta etapa el niño considera alternativas distintas a la realidad que conoce, se hace consciente de su propia mortalidad, enriquece su mundo interior, hace uso del lenguaje figurado, maneja operaciones lógicas y hace uso del pensamiento abstracto, se hace consciente de su papel social. 

Ya podrá realizar una lectura crítica, asimila ideas, las confronta con su experiencia y las relaciona conscientemente  a la luz de lo que ha leído.
La narrativa que mejor asimilará en este periodo será sobre ciencia ficción, otras partes del mundo, libros que hagan uso de un lenguaje distinto y sugerente, también aquellas temáticas que presenten conflictos sociales o emocionales.




  



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